lunes, 29 de abril de 2013

Día del libro

Bueno, un poco tarde, pero en un blog como éste, tan hedonista y tan ligado al placer como al gusto por unir palabras, no podía faltar un digno homenaje al libro, delicioso contenedor de palabras. Al libro y, por ende (como diría la Cátedra), a todos los libros, incluidos los malos, que bien podrían calzar un mueble, a esos magníficos objetos que atesoran sabiduría, sueños, belleza, humor, mala hostia y también alguna que otra idea descabellada. 
Por la llanura manchega se vuelve a ver la figura de Don Quijote pasar, ponme a la grupa contigo, caballero del honor, y llévame a ser contigo pastor.

Hoy más que nunca, estáis todos bendecidos, caros amigos.
Legere potestis.


martes, 23 de abril de 2013

Tomar la alternativa

Queridos amigos, bienvenidos a una nueva crónica de Viernes Sí. Por fin tomó la alternativa el Verso Suelto, si bien todavía tiene que esperar una prueba más para ser coronado, algo que ocurrirá casi con total certeza el próximo mes de junio.
Al acto asistieron como invitados, nuestro arqueólogo favorito, el gran Joxepo, y Jesús de Ausejo, compañero de aventuras cuartelarias en aquellos duros años de la guerra fría. El Cofrade Bretón obró los honores como Maestro de Ceremonias, a la vez que ejerció como padrino del Verso Suelto, algo que se esperaba. El sanedrín tuvo lugar en la Protodomus, allí donde hace ya la friolera de dieciséis años, los Cofrades se empezaron a reunir periódicamente para celebrar ritos dionisiacos. Se trataba de un lugar especial para una cena no menos especial.
El Cofrade Bretón y su fiel acólito, Juan, se lo curraron. La cena fue un espectáculo de sabores y de colores, ahí va el más cromático de los menús de Viernes Sí, disfrútenlo.


No faltó la risa, la risa celebratoria, amigos, el verdadero himno de la Cuadrilla de Viernes Sí. En la última foto, sobre estas líneas, posa sonriente el Neocofrade Juan, ahí es nada, y en junio la Coronación Báquica. No se la pierdan, amigos.

Estáis todos bendecidos, caros amigos.

lunes, 8 de abril de 2013

Viernes S(í)anto.

Queridos amigos que nos seguís con fidelidad religiosa desde todos los rincones de mundo, bienvenidos una vez más a esta nueva crónica de Viernes Sí, la última de nuestra singular Cuaresma, la que tuvo lugar el pasado veintinueve de marzo en la Domus Áurea.
Por primera vez desde que Zabala, el Dueño de la Alquimia Culinaria, dejara sus pinceles en los fogones de la Domus, nadie se había decidido a tomar el relevo. Tuvo que ser el Cofrade Ecónomo el que engrasara la paleta y nos pintara un sueño comestible sobre un lienzo de tateras, y es que el arte efímero tuvo en la Domus una presencia destacada. Bravo por Aitor.
 
Se lo estaban preguntando, pues claro que cenamos pescado, era Viernes Sí Santo y no podíamos librarnos tan fácilmente de los rigores penitenciales de la vigilia. El pago de bulas, tras sondear el mercado, se nos antojó inalcanzable, y así nos lo hizo saber nuestro Cofrade Ecónomo. Lo cierto es que, tal vez movido por la pasión o quizá por la piedad, Aitor quiso endulzar el último día de este tránsito penitencial con un buen bacalao el pil pil, y la Cuadrilla se lo agradeció con vítores, salvas y brindis de varia lección.
 
El bacalao bañado en aceite, los Santos Óleos. El secreto de este plato radica en el paciente meneito circular de la tartera, de esa forma la gelatina que desprende la piel del bacalao va ligando poco a poco con el aceite creando así una emulsión. Se trata de la divina emulsión pil pil que Aitor logró a base de mecer en la cuna de barro a su mimado abadejo.
 
 
Ligada la salsa de la primera tartera le tocó el turno a la siguiente. Vean al Cofrade Ecónomo, convertido en artista, he aquí un ejemplo palmario de cómo las finanzas (a pequeña escala, es cierto) no están necesariamente reñidas con el arte.
 
Voilà, este es el resultado final, una mesa que refleja bien a las claras el espíritu de humildad y recogimiento de la Cuadrilla. El pan, auténtico candeal de la Boulangerie Chez Chula, el jarro de barro preñado de vino, las humildes ensaladas, y los no menos sencillos platos de duralex, los preferidos por la madre de Brian.
 
Purita crema, amigos, con esa esencia precisa de ajo y picante, y todo ello, huelga decirlo, regado con caldos de la tierra. Sabemos que es paradójico, pero nosotros, los Cofrades de Viernes Sí, vivimos entre la incoherencia y la contradicción, por eso somos capaces de sublimar lo sencillo hasta elevarlo a la categoría de exquisitez, es el lujo de la sencillez, la modestia entallada con oropel, es, en definitiva, bacalao al pil pil.
 
 
¿Acaso el Cofrade Ecónomo puso chorizo al resto de la Cuadrilla para amenizar los entrantes?
Queridos amigos y ciberamigos que nos seguís desde la cercanía, pero también desde montañas lejanas y desiertos remotos, he aquí la foto de la discordia, la imagen que el Consejo de Redacción se negaba a colgar para evitar desavenencias con el gran público.
A pesar de todo, y arriesgándonos a una nueva amonestación, los Cofrades de Viernes Sí, Verso Suelto incluido, hemos decidido colgarla esgrimiendo el derecho a la información y a la libertad de prensa.
Pero entonces... ¿Es cierto que el Cofrade Ecónomo puso chorizo al resto de la Cuadrilla para amenizar los entrantes? Pues sí, la respuesta es sí. ¿Pecó por ello? Interesante pregunta que dio pie a una ágil y amena discusión de naturaleza filosófico-teológica, y hasta cosmogónica, que no concluyó hasta que no se vaciaron las botellas. ¿Acaso no puso Dios el Árbol de la Ciencia en el Paraíso? ¿Qué necesidad tenía el bueno de Yaveh (lo de bueno... es una manera de hablar, pregúntenle a Job) de plantar ese árbol, si, en verdad, Él no deseaba que pecaran? ¿Por qué puso a Adán y Eva esa dulce tentación al alcance de la mano? Preguntas de este orden y otras más mundanas nos hacíamos mientras comíamos bacalao al pil pil, y bebíamos litúrgicamente el caldo fermentado de la vid.

 
De nuevo el Consejo de Redacción interviene para impedirme concluir la crónica sin aclarar si comimos o no el chorizo. Bien, ahí va la aclaración. ¿Por qué alarmarse? El Cofrade Ecónomo no nos obligó a comer, tampoco nos lo prohibió, es cierto, pero cual Yavéh, es más que evidente que nos puso el plato de chorizo para doblegar sin dificultad alguna nuestra lábil voluntad penitencial. El resto, ya se lo pueden imaginar, de sobra es sabida la inclinación de los Cofrades hacia la transgresión y el pecado.
 
Allons énfants de la Patrie, le jour de gloire est arrivé
 
Estáis todos bendecidos, caros amigos.