domingo, 23 de diciembre de 2012

El apocalipsis maya

Queridos amigos que nos seguís desde todos los rincones del mundo, bienvenidos a la crónica de la última cena. Cómo suena eso de "la última cena", ¿verdad? No me refiero a la última cena de Jesucristo con sus apóstoles (¿se imaginan a la Cuadrilla inmortalizada en un fresco por Leonardo da Vinci?), ni siquiera a la última cena de nuestra existencia, dada la terrible predicción de los mayas (¿a quién se le ocurre predecir el fin del mundo un Viernes Sí?), no, amigos, no. Me refiero a la última cena del 2012 en la Domus Áurea.
Se trataba de un evento especial y lo celebramos por todo lo alto, con una quijotada muy propia de nuestro ilustre y admirado "caballero de la triste figura", y es que decidimos cenar cordero asado a lomos de Rocinante.

También, como manda la tradición cuadrillera, la última cena del año se riega con caldos de crianza o incluso, como podrán ver en la imagen, algún reserva, pero sin más alharacas. Nuestra predilección por el vino del año es incuestionable, ahora bien, con una buena carne de cordero asada hay que reconocer que el vino de crianza marida a la perfección.

No tardamos mucho en ponernos en marcha, según la profecía maya apenas nos quedaban dos horas de existencia, y claro... no podíamos dejar esas botellas allí. El simple hecho de que dentro de dos mil años la Tierra pudiera ser el planeta de los simios nos produjo algo de angustia. Aunque lo que de verdad nos acojonó fue pensar en la posibilidad de que Charlton Heston encontrara nuestras botellas y se las pimplara; ¡de ninguna manera! En todo caso Aurelio, nuestro simio favorito; él sí (ver).

Y entre vaso y vaso fuimos caldeando el ambiente y preparando las brasas para asar los corderitos, esta vez sin patatas panadera, un fallo de intendencia que compensamos con una buena ensalada.

Le tocaba organizar la cena a Aitor, el Cofrade Ecónomo, Maestro también de las ensaladas, y la verdad es que se notó y mucho. La lechuga y los tomates se codearon con la ventresca.
Mientras la carne se asaba fuimos catando los vinos. La charla se animó extraordinariamente gracias entre otras razones a los efluvios de los caldos y a Chuma, que nos sorprendió a todos liberándose de su inherente mesura. Aquí lo tienen imitando a Chiquito de la Calzada para despelote del Cofrade Fausti: "ese caballito que viene de Bonanza".

Y sin darnos cuenta los corderitos se fueron dorando y el Cofrade de los Mil Títulos, entre ellos el de Druida de los Ungüentos, preparó la pócima mágica con la que ungió la cena.

Qué maravillosa estampa, amigos, el pan tostándose en la chimenea al calor de las brasas, los lechales dorándose por la generosa combustión de los pámpanos de Baco y el Maestro Asalari (otro de los mil títulos) ungiendo a los corderos con los Santos Óleos.

Voilà, amigos, éste fue el resultado. Es suficiente con ver el rostro de los Cofrades para percibir el éxito. Por otro lado, notarán también la exhibición estética. Qué inmejorable presentación, amigos, a la guisa castellana. Los corderitos servidos en la mesa sobre una cazuela de humilde y a la vez noble barro mesetario.
Ante tamaño espectáculo no quedaba otra que recuperar buenos hábitos y bendecir la mesa como Dios manda, siguiendo los cánones preconcilares. Después nos limitamos a comer, beber y conversar, y lo hicimos como siempre, de espaldas a la contención y a la frugalidad.

Para la posteridad nos hicimos estas fotos de fotomatón (el Cofrade Pedro es el culpable), con las que dejar testimonio a las generaciones venideras de cómo era nuestra civilización, y para que dentro de dos mil años los simios-científicos evolucionistas (como el bueno de Aurelio) puedan demostrar como prueba concluyente que el simio viene del hombre. 

No podía faltar el tradicional postre de la Cuadrilla, el típico pastel de supermercado de incuestionable naturaleza industrial, con sus grasas saturadas, su harinita refinada y todo eso que tanto gusta a la Cuadrilla. El Verso Suelto, se ofreció solícito para cortar el pastel, lo hizo desastrosamente, sin paridad ni equilibrio, quizá impresionado por la autoridad del Cofrade de los Mil Títulos que lo observaba vigilante a su derecha.

Y así nos dieron las doce y las doce y media, y la profecía maya no se cumplió. Así, pues, todo hace pensar que la Cuadrilla saldrá del túnel del 2012 vivita y coleando. La victoria del Calendario Cuadrillero sobre el Calendario Maya tenía que ser celebrada. Se inauguraba una Nueva Era, y qué mejor manera de hacerlo que con un auténtico jour de gloire, como reza nuestra canción de cierre. 
Precisamente por la influencia del apocalipsis, fuimos a tomar café Montecarlo, con Maya, al que por supuesto no sacamos el tema.

Después, fuimos al Azalea, donde nos limitamos a ver la noche pasar, y con ella a buena parte de sus habitantes. Estas son algunas de las estampas de la noche azaelí, como diría el poeta magrebí (disculpen por la rima interna). Se hicieron muchas fotos, pero la honorabilidad de los retratados pesa más que el sensacionalismo chusco de una imagen impactante. El límite de nuestro exhibicionismo llega hasta aquí. Si con esto no tienen suficiente para paliar su pulsión voyeurista, por favor consulten otras páginas, las hay a millones.

Eso es todo, amigos. La Cuadrilla de los Viernes quiere celebrar con todos ustedes el error de una civilización que cometió la torpeza de predecir el fin del mundo un Viernes Sí. Ellos no lo sabían, no sabían que la Cuadrilla es invencible. Por eso ahora os podemos decir ¡FELIZ AÑO NUEVO, CAROS AMIGOS! Muchas gracias por seguirnos desde todos los rincones del mundo: Francia, Israel, Escandinavia, Bélgica, América Latina (alerta que camina), Siberia, Toledo, Suiza, Alberite o Murillo de Río Leza. Gracias de corazón.

Por lo que respecta a la cena, ya les he dicho que lo del pasado Viernes Sí, fue una quijotada en toda regla. Esperamos que hayan leído esta crónica con ojos de Quijote y no de Sancho. Pues nosotros, al igual que el hidalgo caballero, cenamos lo que nos da la gana, independientemente de lo que caiga en el plato. Se avecinan malos tiempos, pero tenemos que plantar cara a las profecías del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional (peores que la de los mayas), con entereza y actitud. La Cuadrilla, que es invencible, lo tiene claro: son gigantes, amigos, son gigantes y no molinos.

El resto ya lo saben...

"Allons enfants de la Patrie, le jour de gloire est arrivé".

Estáis todos bendecidos, caros amigos.

sábado, 15 de diciembre de 2012

Rancho

Queridos amigos, bienvenidos a una nueva crónica de la Cuadrilla, hoy les vamos a presentar el rancho, el que nos cenamos el último Viernes Sí, el del pasado 6 de diciembre. Un rancho de urgencia hecho sin leña, pero un rancho al fin y al cabo. Dice la Academia de la Lengua en su acepción número uno que rancho es una "comida que se hace para muchos en común, y que generalmente se reduce a un solo guisado", bueno, pues lo que nosotros hicimos es la acepción número uno de la Academia, la que acabamos de describir.
Sin embargo, acercándonos más a la acepción riojana, y a su particularidad semántica, tendremos que decir que el rancho se basa en un guiso de carne con patatas.


Pero, ¿de dónde viene la palabra rancho? Parece ser que es una voz nacida dentro de la jerga soldadesca y que ya está documentada en el siglo XVI. Nos cuentan los académicos que rancho proviene de rancharse o arrancharse. Efectivamente, rancharse o arrancharse era "domiciliarse en una casa a título de amigo, pero con disgusto de los dueños, y sin mostrar disposición a salir de allí". Del mismo origen viene el verbo francés se ranger, con el sentido de instalarse en un lugar.
De ahí quizá que rancho sea una comida para muchos en común, como ya indica la primera acepción del diccionario de la Academia. Se trata además de un guiso modesto, propio de los que buscones como los que describe nuestra literatura, el Pablos de Quevedo, a quien el licenciado Cabra casi deja morir de inanición; o Lázaro de Tormes, que no tiene problemas para ser un cornudo consentido con tal de esquivar el tormento del hambre y de tener un techo, o sea, un rancho. Es decir, que no tiene inconveniente en que su mujer se lo haga con el arcipreste, si esto le permite arrancharse en una de las propiedades del clérigo y asegurarse así un techo y un plato de comida todos los días.
Dado que viene de la jerga de los soldados, es cierto que el rancho siguió siendo la comida que se ofrecía en los cuarteles hasta hace unas cuantas décadas, pero no sé si en el jerga actual los soldados profesionales le siguen llamando rancho; probablemente no.  
Rancho es una voz que en muchos pueblos de La Rioja sigue estando asociada a ese guiso comunitario y sencillo, con una buena base de patatas y algo de carne, generalmente conejo o cordero. La prueba de su pervivencia está amigos en esta crónica. nosotros, el último Viernes Sí, nos zampamos un rancho.
Le tocaba preparar la cena al Cofrade Juanan, pero el Druida de los Ungüentos, además de Cofrade de los Mil Títulos, dio vuelta por la sartén dando su visto bueno; toda una autoridad.

Y hablando de autoridades, por el Refectorio de la Domus tuvo a bien pasarse el bueno de Zabala, el archiconocido Dueño de la Alquimia Culinaria, que se quedó a cenar con nosotros.

Y tampoco faltaron los productos vegetales que nos da el campo, como la modesta cebolla y el tomate con ajito, como le gusta prepararlo a la Cuadrilla. Todo favorable para que el discurso de los Cofrades se viera severamente afectado por la ya popular halitosis jubilar transitoria.

Menos mal que Zabala nos obsequió con una buena ración de olivas. Unas magníficas olivas  cosechadas a plena luz del día en una rotonda municipal y que fueron aliñadas con la ciencia y el magisterio del Dueño de la Alquimia. Espectaculares, amigos.

El Cofrade Juanan fue el artífice de la cena, el cocinero del rancho que, por cierto, fue aplaudido incluso por el Gran Zabala.

Ahí lo tienen, sí, amigos, si, es el Catecúmeno por antonomasia, el casicofrade Juan, más conocido por  estos pagos cibernéticos como el Verso Suelto, y al que la inminencia de los días de poda está poniendo los nervios en estado de alarma. Parece incluso más sobrio en su conducta, aunque sigue trasegando como siempre. Se habló ya del día de recogida de sarmientos y Juan no podía ocultar su inquietud; un niño en víspera de Reyes no alberga tanta ilusión.  Aquí lo tienen posando con alguno de los postres más populares de la Domus Áurea. Pero, ¿de qué era esa tarta?, ¿de chocolate con plutonio?, ¿de avellanas radioactivas?, da igual, lo importante es que conste su naturaleza industrial, a ser posible con el logotipo de una gran superficie comercial y dentro de un envase de plástico cutre y reciclable en contenedor amarillo (queden así tranquilas nuestras conciencias).

Y así pasamos una velada más, amigos. Después bajamos al Montecarlo a echar un café con el amigo Maya y seguidamente pusimos rumbo al Azalea, donde vimos la noche pasar. Por cierto, hacía tiempo que no la entonábamos y sí, ...

Allons enfants de la Patrie, le jour de gloire est arrivé

Estáis todos bendecidos, caros amigos.

martes, 11 de diciembre de 2012

Murió Jesús de Cos Borbolla

Murió Jesús de Cos Borbolla, el último superviviente con experiencia en la guerrilla cántabra, "los del monte", como dicen al menos en la zona de Picos de Europa. No estuvo mucho tiempo en la guerrilla, dos años aproximadamente. En 1946 cayó herido de gravedad cerca de Cabezón de la Sal, en Virgen de la Peña, y "Madriles", uno de los que llegaron de Francia terminada la Segunda Guerra Mundial, le salvó la vida llevándolo a cuestas en un sobrehumano esfuerzo hasta un puesto de apoyo en Caranceja, en un pajar con falso fondo, donde pudo recibir atención médica y recuperarse. 

"Madriles"murió siete meses después en un tiroteo en Llanes, y de él ni siquiera se sabe con seguridad el nombre, sólo que combatió en la guerra, luego en el maquis francés y que después cruzó la frontera para luchar en Picos de Europa junto a "los del monte". Pero Jesús de Cos siempre guardó un especial recuerdo de aquel compañero.

Hace exactamente un año coincidimos en las exequias de "Camiseta", en su huerta de Sotombos, en la parte de Bejes. El destino ha querido que Jesús de Cos muriera el 10 de diciembre, exactamente un año después de que lo hiciera su amigo Alejandro Narganes Alles, "Camiseta" (ver), el tipo que nos prometió una visita a la Domus Áurea a cambio de una promesa firme, que hubiera chuletillas al sarmiento y vino en abundancia. Al final, como ya sabéis algunos, la enfermedad le negó el pasaje y la Cuadrilla se quedó con las ganas de recibir a este huésped de honor.

Porque me recuerda a todos un poco, a "Camiseta", que emigró a Cataluña en 1949, al propio Jesús, que se exilió en Francia y a "Madriles", pues el podría haber sido "Pierre, le maquis", por todos ellos, me apetece cerrar esta crónica con una historia de infortunio y sufrimiento contada en verso por José Agustín Goytisolo. Se trata de un poema no exento de escepticismo pero lleno a la vez de honda humanidad. Ojalá que os guste.

Pierre, le maquis.
Yo llegué a Aix en Provence por la mañana
de un día oscuro de setiembre,
cuando las hojas secas de los plátanos
revueltas por el viento golpetean
con furia el parabrisas ya manchado
por el barrillo de los camiones
que cruzan la Camargue en la hora incierta
que media entre dos luces. Un café
agua en el rostro y consultar el plano:
rue de la Republique rue de la Gare
Place de Saint Paul aquí pequeña calle
serán pocos minutos. Oui Monsieur
y la búsqueda fácil con la carta
y el paquete que envuelve la botella
de Fundador Domecq
hasta un segundo piso. La señora
metida en una bata casi china
me contempla me escucha. Pierre no está
no vive aquí se fue no sabe adónde
quizás en el bar allí tenía amigos
y alguno lo sabrá. Las escaleras
y el golpe de la puerta a mis espaldas.
Nada en el bar, tampoco
los hombres que jugaban cada día
la partida con él saben decirme
cómo encontrar a Pedro dónde vive;
tan sólo entiendo que hace más de un año
empezó a beber fuerte
que hablaba más que nunca de la guerre
que se reía solo y maldecía
jurando en castellano
y que le detuvieron
un Catorce de Julliet cuando orinaba
las flores y coronas
del Monument de la Resistence.
Pedro Antón Pierre escucha
no sé si aún estas vivo,
pero si un día lees o te cuentan
lo que ahora escribo aquí quiero que sepas
que de regreso ya hacia La Junquera
en un bistrot increíble, entre gitanos
que hablaban catalán cerca de Sète
yo acabé vaciando la botella
que para ti me dieron en Tortosa.
Fue a tu salud lo juro. Aquella carta
creo que la he perdido.

Hasta siempre, Jesús. A buen seguro que tus cenizas se echarán al monte.
Salud.


viernes, 7 de diciembre de 2012

Historia de un proceso. Cap. 3. El prensado.

Bienvenidos al tercer capítulo de la Historia de un proceso, en el que sin misterio alguno se narran los pormenores de la divina metamorfosis que transforma la uva en vino (ver Cap1 y Cap2). Esta vez tocaba vaciar el lago con la uva ya fermentada y llevarla a la prensa. Así que la tropa se puso manos a la obra y tirando de horquillo y cesto fue sacando del depósito esas uvas del sacrificio, frutos protomártires del vino.
Todo estaba ya listo para salir hacia la cooperativa, donde nos esperaba la prensa.

Una vez en la cooperativa, hubo que mostrar un buen dominio del manejo de la maquinaria.
Eso que cae es el néctar naciente. La presión y los vaivenes del viaje provocaron el sangrado de las uvas. Uvas que sin remisión se fueron yendo en una deliciosa hemorragia; ríanse del Conde Drácula. Viendo estas imágenes uno cae en la cuenta de que con este néctar y sólo con este néctar se podía practicar el rito de la Eucaristía, ¿con qué si no, amigos? ¿Con leche de cabra?, por favor, no sean bárbaros.


Vertidas las uvas en la prensa, sólo había que colocar bien los cierres y activarla. Como apreciarán, conforme avanzaba la presión más generosamente fluía el néctar. Qué maravilloso espectáculo amigos.

Extraído todo el zumo, las vinazas, mártires del Proceso, salen por la puerta falsa de la prensa. Dicen los jugadores de fútbol en la tele, en una frase manida y mil veces repetida, que lo van a dar todo en el campo, en fin, palabrería vana comparada con el ejemplo de estos frutos. Esas uvas sí que lo han dado todo, como una verdadera madre nutricia, ¡hasta la extenuación!

 El vino en ciernes regresa al depósito donde continuará con sus procesos de fermentación.

"Sangre de Cristo
morador del Grial.
Néctar anacreóntico
Llave del lupanar". 
(del Brindis Maledicente)


Cuando vean este vídeo, por favor, pongan el volumen bien alto y procuren que a su alrededor no haya ruidos contaminantes ni ningún otro tipo de interferencia que atente contra la mejor acústica. Logradas estas cosas, escucharán y verán al niño, a ese vino en gestación dando sus primeras pataditas. Música para nuestros oídos.

Y después, como siempre, a tomar un aperitivo, que nunca está de más. Así quedó el jamón después de pasar por nuestras manos. Agradecidamente nos lo zampamos, generosamente llenamos nuestras copas y con la misma magnanimidad y filantropía dejamos pasar las horas y las conversaciones.
Agua que pasa, no mueve molino, eso que los romanos y otros pelmas renacentistas llamaron Carpe Diem. Bonita consigna, ¿verdad? Aunque es cierto que para nosotros hace ya muchos años que pasó la alegre primavera, sin embargo, ahí queda el dulce fruto, ñam.
Salud.