martes, 30 de octubre de 2012

Tertulianos en la Domus Áurea

Queridos amigos que nos seguís desde todos los rincones del mundo, muchas gracias por seguir visitando este ciberlugar. Gracias porque, a pesar de que cada vez tenemos menos asuntos interesantes que ofrecer, seguís siendo fieles a la cita con la Cuadrilla.
Podría ahora extenderme, alargar los párrafos describiendo el color, el olor y el sabor de los cangrejos, lo mismo digo de las cocochas, podría intentarlo. Sin duda que el resultado sería desigual y poco original, tal vez algunos párrafos mejores que otros, pero en ningún caso se diría algo distinto a lo ya mencionado en crónicas anteriores. Podría recurrir a oraciones breves y sin adjetivos, para una lectura ágil y directa, o tal vez ponerme retórico con sesudos argumentos, abriendo un sinfín de oraciones subordinadas sustantivas, adjetivas o adverbiales. Podría, sí, pero no lo voy a hacer. Con esto no estoy levantando acta de defunción del Blog, ni mucho menos, pero tampoco nos pongamos trascendentes. Para ustedes el mundo no gira en torno a la mesa del Refectorio, y tampoco es la Domus Áurea el centro del universo. Aunque para nosotros sí, sobre todo los Viernes Sí.

Oigan, y qué buenos estaban los cangrejos y qué deliciosas las cocochas. Pesca de río y pesca del mar. Con semejante menú, no resultó difícil evocar la famosa Cena de la Bahía, institucionalizada ya desde este año para los veranos cuadrilleros.
El Cofrade Chuma llegó tarde, como siempre, y otra vez volvió a poner en riesgo su ración. No faltó tampoco a su cita el Verso Suelto, que con puntualidad británica Viernes Sí tras Viernes Sí va sumando puntos en esa larga carrera de fondo que es la oposición a Cofrade. Cada vez más desprendido de su condición de catecúmeno, el bueno de Juan se expresa ya como un miembro de pleno derecho. Interviene en las tertulias alimentando la discrepancia, asiste a todo tipo de evento cultural capitalino, ora en la Ópera Oberta universitaria, ora en un cineclub de la filmoteca, y de todo ello nos da debida cuenta en los prolegómenos de la cena, provocando el pasmo de los Cofrades. A estos méritos vinculados al bagaje cultural hay que añadir otros de categoría dionisiaca, y es que el muchacho, además de erudito, trasiega el vino con la desenvoltura de un leñador escandinavo.

Y mientras degustábamos los cangrejos y dábamos debida cuenta de las cocochas, discutíamos con ínfulas ciceronianas temas de actualidad, de manera que convertimos la cena en una tertulia improvisada y de muy variada temática, a saber: si antes del Mundial del 74 se jugaba al fútbol andando o no; si Cataluña es España, si Quebec es Canadá, o si Escocia será independiente; si cualquier referencia a los cazadores requiere una mayor precisión semántica, que separe por ejemplo el término cazador del de escopetero; si Anton Polster fue el mejor delantero centro que ha tenido nunca el Club Deportivo Logroñés, o si lo fue Oleg Salenko; si las faldas de raja son más excitantes que la minifalda; o si las prestaciones sexuales que puede ofrecer un negro son superiores a la de cualquier paliducho europeo. 

 Los que supuestamente andaban
Los que sin duda corrían
Habíamos empezado con las cocochas y los argumentos eran más bien pobres. La conversación en torno a esta polémica, aunque no menor, fue relajada. Entre otras cosas porque parecía evidente, unos andaban y otros corrían.
¿Pertenece Cataluña a España? La Virgen del Pilar dice que no quiere ser francesa, bien, estaba en su legítimo derecho. Aunque las opiniones fueron diversas, a la única conclusión a la que llegamos es que da lo mismo sufrir recortes que retallades. Alguno repitió el segundo plato de cocochas y nos aseguramos de que ninguna copa de vino se quedara triste.

Empezábamos con los cangrejos y salió a relucir el tema de los cazadores, alguien dijo que eran escopeteros, y entonces se decidió por unanimidad que había cazadores y escopeteros. En la imagen inferior el gran Miguel Delibes. El escritor castellano dijo que para cazar había que entender primero la alegría de andar; genial, él sí que era un cazador.
Sin embargo, los de arriba, que acaban de pasar por las armas a un elefante, parece que andar, lo que se dice andar, andan poco. Seguíamos con las cocochas. Ah, y que ninguna copa de vino se quedara triste.

 ¿Fue Polster el mejor delantero del Logroñés?
¿O fue el bueno de Oleg Salenko?
La Cuadrilla dejó también en el aire esta discusión, pues aunque todos coincidimos en que el austriaco deslumbró de rojiblanco, el ruso no le fue a la zaga. En ese momento ya estábamos todos dándole duro a los cangrejos, y cuidándonos mucho para que ninguna copa de vino se quedara triste.

Falda larga con raja o minifalda, otra disyuntiva sometida a la polémica Cuadrillera. Fue un arduo debate entre insinuación y explicitud que terminó en tablas. A nivel retórico la conversación adquirió cierta altura, con argumentos en los que se exaltó el hedonismo contemplativo de las dos opciones sometidas a debate. Los cangrejos eran picantes, y las libaciones empezaban a dejarse sentir en el contenido de las ponencias.

¿Son las prestaciones sexuales de un negro superiores a las de un blanco? No sé cómo pudimos meternos en semejante jardín. Lo cierto es que estábamos untando la salsa picante de los cangrejos y todos coincidimos en que, como dice Javier Krahe en Un burdo rumor, "es mísero, sórdido y aun diría tétrico, someterlo todo al sistema métrico". Sin embargo, ni siquiera nosotros mismos nos dejábamos convencer por nuestros argumentos, cundió el desánimo, se notaba mucho la falta de fe en nuestros propias palabras, y el silencio se adueñó del Refectorio. Un silencio incómodo que se dilató hasta que alguien, dando un puñetazo sobre la mesa, dijo atinadamente, "¡¡EL CARIÑO TAMBIÉN CUENTA!!", sentencia que levantó la moral de la tropa y que fue recibida con una ensordecedora salva de aplausos; por supuesto, no faltaron tampoco los brindis.

Y así acabamos la velada, incurriendo en redundancias, discutiendo discusiones y practicando libaciones que nos llevaron ineluctablemente a reírnos de nosotros mismos. En el postre hubo un duelo de rosquillas de diferente origen, ambas estaban deliciosas. 
Para unos, las mejores fueron las de Leti, para otros las de Nuria. El caso era polemizar, nos dio la vena tertuliana y cualquier cuestión era sometida a debate. Bueno, a decir verdad, todas estaban buenas, todo dependía del ojo con que se miraran.

La noche siguió en el Azalea y en el Arizona, donde compartimos amigable tertulia (no podía ser de otra manera) con Gustavo, alias "Mou". Después ya saben...

"Allons enfants de la Patrie, le jour de gloire est arrivé"

Estáis todos bendecidos, caros amigos.

viernes, 19 de octubre de 2012

Cena de la Hispanidad

Queridos amigos que nos seguís desde todos los rincones del mundo, bienvenidos a una nueva edición del Blog. Bienvenidos a este insensato y contumaz ejercicio de exhibicionismo que guía a esta Cuadrilla. En esta ocasión el evento de Viernes Sí coincidió con un día festivo, no es la primera vez que pasa, ni será tampoco la última; ni el desfile de las fuerzas armadas ni la cabra de la legión fueron capaces de alterar el Cuadrante de Ocio Cuadrillero.

No voy a hacer parte meteorológico, pues los recortes presupuestarios afectan también a la infraestructura del Blog, así nos lo ha comunicado el Consejo de Redacción en una sucinta y tajante misiva electrónica. Ni que decir tiene que esta decisión se ha tomado de modo unilateral, sin tener en cuenta a las demás partes. No obstante siempre habrá ocasión y recursos para informar cerca del tiempo atmosférico.
En esta ocasión quizá quepa decir que los sarmientos no tuvieron esta vez otra función que la de caldear y calentar el Refectorio, y es que el astro (entiéndase como riojanismo) está cada vez más fresco.

Pero vayamos ya al asunto de la cena. Voilà, ¡tarteras! Es cierto que al verlas, los Cofrades quedaron por un momento fuera de sí. Qué habrá ahí dentro, nos preguntamos. Fue verlas y recordar a Pavlov. Recogidas las babas, procuramos después reaccionar con serenidad y contención, dando la espalda a esas dos Sirenas con asas cuyos vapores emitían endulzados cantos de seducción. ¡¡Atadme al mástil!!, dijo de pronto el Verso Suelto al sentir cómo el aroma del guiso le acariciaba las pituitarias. 

He aquí el culpable de todo, Paco Levita, el encargado de sostener el apetito del resto de la Cuadrilla. No se sabe muy bien por qué, tal vez por hacer honor a su sobrenombre, pero lo cierto es que al levantar las tapas algunos de nosotros sentimos la ilusión de perder pie. Esto fue lo que nos hizo levitar, vean:

Cardo rebozado con almejas y bacalao a la riojana, en fin, qué quieren que les cuente si sobre este tipo de chisterazos culinarios hemos visto ya casi de todo. Sin embargo, los Cofrades no nos acostumbramos, y celebramos cada uno de estos aciertos gastronómicos con la cándida ilusión de un niño en noche de Reyes.

El Cofrade Juanan hizo de trilero con los pucheros. Qué habilidad y qué manejo de los tiempos, qué saber hacer, amigos.

Y las sonrisas de los Cofrades empezaron a aflorar irremediablemente, incluso algunos, como el Verso Suelto, se frotaban las manos al percibir con gozo los vapores del bacalao. Lo dicho, noche de Reyes.

El corcho de la botella quiso resistirse, pero el Cofrade Faustino dio al final buena cuenta de él y, como no podía ser de otra manera, el delicado néctar fue a parar a las copas, desde donde fue consumido en gozosas libaciones por los Cofrades.

Quiero con esta foto satisfacer la pasión de cierta seguidora del Blog por los platos de duralex. Unos platos que son casi tan míticos como la mitiquérrima bandeja de los cosques.

Después, ya se sabe, a sufrir. Al amor de la lumbre y espoleados por el vino y por esos alimentos que graciosamente habíamos bendecido, mantuvimos una amena conversación que se dilató más de lo habitual, y que, en cuento a su temática, pasó de la hondura trascendente, siendo la hondura más bien escasa, a la superficialidad más frívola.

El caso es que el Cofrade Chuma llegó tarde, algo que en principio ni es anecdótico ni es noticia, pues suele ocurrir habitualmente. Lo reseñable es que estuvo a punto de quedarse a la luna de Valencia. Chuma, queriéndolo o no, puso a prueba la generosidad y solidaridad de la Cuadrilla. Créanme si les digo que algunos Cofrades no tuvieron reparos en seguir saciando su gula, olvidándose por completo de que Chuma vendría después. Un Chuma que por momentos parecía condenado a la peor de las afrentas, el ayuno o, como mucho, a allegar las raspas del bacalao. Afortunadamente para él, llegó a tiempo para probarlo todo, eso sí, con triste frugalidad (perdón por la redundancia).

Y como digo, la tertulia se alargó, y conforme ésta avanzaba fue llenándose de contenidos jocosos o muy jocosos, por lo que en diversas ocasiones estalló el Himno de la Cuadrilla, la Risa Celebratoria.

Para postre Paco Levita nos obsequió con dos tartas que como ustedes podrán comprobar eran de naturaleza industrial. De sobra es conocido el gusto de la Cuadrilla por las grasas saturadas y las harinas refinadas. Duraron lo que dura un parpadeo. Estaban tan buenas que parecía que las había hecho la mismísima Nuria. Brindamos por los trabajadores de Hacendado y, aprovechando la efeméride del doce de octubre, brindamos también por el ínclito José de San Martín.

Y aun tuvimos tiempo de dilatar la charla volcando otra botella, libando entre sonrisas y recordando a cierta dama local con apariencia de actriz italiana. Todos coincidimos en que seguirla de cerca sin marearse era tan difícil como navegar en un bote salvavidas en plena tempestad, qué contoneo y qué manera de perfumar el aire; no exagero si les digo que a su paso crecían los geranios de los balcones. Qué delicia ser testigos de su estimulante respiración, no tanto por la espiración como por la inspiración. Cuando esta superlativa señora tomaba aire sus dos senos le emergían de la pechera como dos globos de helio proyectados, en ese momento, caros amigos, el tiempo se anulaba, la peña se olvidaba de respirar y nadie, absolutamente nadie, se atrevía a parpadear (yo por lo menos no). Qué pena que se nos esté acabando el texto y el tiempo, qué pena haber empleado tanto esfuerzo para describir la cena, pero así es la vida, amigos. 

Después, ya saben. No es necesario que me extienda. Al Azalea y tal, y...

Allons énfants de la Patrie, le jour de gloire est arrivé.

Estáis todos bendecidos, caros amigos.

sábado, 13 de octubre de 2012

¿Eso es suyo o del banco?

Hola, queridos amigos que nos seguís desde todos los rincones del mundo. Hoy toca cine, un poco de cine nunca viene mal, ¿verdad? Ya se sabe, la comida, y más si es copiosa como la suele degustar la cuadrilla, produce gases, por lo que de vez en cuando conviene ventilar un poco los aposentos del Blog. Abriendo sus ventanas de par en par o rompiendo sus cristales a balazos, os dejamos un par de secuencias de una peli mítica, pionera de los road movie, que fue rodada en los sesenta, justo el año en que nació buena parte de la Cuadrilla, pero cuya historia discurre en los primeros años treinta. 
Al ver esta primera escena de Bonnie and Clyde me ha parecido que no sólo contaba la realidad de la Gran Depresión, sino que irónicamente proyectaba su contenido a través de un juego de espejos sobre la realidad del tiempo actual. ¿Os suena de algo? 
Y era verdad, un poco patosos y bastante ingenuos, pero lo cierto es que, al menos en la película Bonnie y Clyde atracan bancos.
¿Eso es suyo o del banco? Es la pregunta que Clyde hace al granjero, pero también es la pregunta que nos hacemos muchos ahora.

Saludos cuadrilleros.

Estáis todos bendecidos.

miércoles, 3 de octubre de 2012

¡Manda huevos! (y bacalao)

Bienvenidos a la nueva crónica de la Cuadrilla de los Viernes, en este caso la primera del otoño y la última de septiembre, algo evidente, pero también significativo. Después de un intenso, tórrido e itinerante verano, entramos en la Domus Áurea sabiendo que algo había cambiado, que un ciclo concluía. Daba la sensación de que se inauguraba una nueva etapa, y que del verano ya sólo nos quedaban el eco de algún recuerdo y dos botellas de clarete. Sin embargo, a pesar del tono, nada de eso nos entristeció, y decidimos encarar la noche con una actitud positiva y la mejor disposición de ánimo.

Para empezar, pensamos que sería una buena idea dar vado a las dos botellas de clarete y asegurarnos así que del periodo estival no nos quedara más que el polvo del recuerdo (perdón por este exceso de lirismo).

Pero, bueno, vayamos ya al quid del asunto. Después de dejar los aparejos de la cena en el Refectorio salimos a dar una vueltecita, a respirar ese aire perfumado por taninos y maderas que flota en el interior de las cuevas. Fue así como decidimos hacer una visita a la bodega de nuestro gran amigo Carlos Zabala, el Dueño de la Alquimia Culinaria, una recueva preciosa situada un estrato por encima de la Domus Áurea. 

He aquí la Joya de la Corona de Zabala, tonel de roble de la Republique, ahí es nada, C'est magnifique, n'est pas? Vean a continuación algunas de las escenas captadas por la cámara que se dieron en la cueva de nuestro cocinero favorito:
Carlitos, siempre generoso y atento, se ocupó de que en ningún momento los vasos estuvieran tristes. Las sonrisas Cuadrilleras revelan bien a las claras el ambientillo.
Y a los Cofrades se les puso este semblante. Observen qué escenas de sufrimiento, menudo martirologio y qué sinvivir.
Por si fuera poco, no faltó tampoco el delicioso embutido con el que maridamos el vino, ni las charla ni las esclarecedoras explicaciones del gran Zabala. Gracias, Carlos, por este buen rato que nos brindaste en tu calao.

Pero había que volver a la Domus, allí nos esperaba la cena que había preparado el Cofrade Agustín.
Lo que esta vez tocó fue este revuelto de huevo cocido con pimientos y fritada, un humilde pero delicioso plato que levantó el ánimo conversador en la Cuadrilla. No se ve, pero el ajo está presente en el plato, es más, lo invade todo. Posteriormente, en el Azalea, nuestros interlocutores nos lo hicieron saber, y de distintas maneras. Unos de forma explícita y contundente, y otros mediante recursos indirectos, del tipo: "voy al servicio, ahora vuelvo", pero no vuelve; o "espera un momento que voy a pedir una cerveza" y tampoco vuelve. Así es el ajo, amigos, esta gregaria hortaliza de potente sabor que triunfa en el paladar de los Cofrades, pero que al mismo tiempo provoca interferencias en la comunicación humana, y no digamos ya en el cortejo. 
Tampoco faltó el bacalao maceradito con aceite, ajo y algo de picante que añadiera ese punto de emoción a cada bocado.
Por último, para darle todavía más sabor a la cena un buen tomate pata negra que el Cofrade Agustín combinó, cómo no, con la pertinente dosis de ajo. Y todo esto ante la circunspecta mirada del intrépido Verso Suelto, que no daba crédito al comprobar cómo Bretón troceaba el ajo en minúsculas porciones sin amputarse un solo dedo.
Y mientras los Cofrades comían, bebían y departían en la calle se obró el milagro y empezó a llover. Llovió durante el resto de la noche ofreciéndonos un espectáculo al que estábamos ya desacostumbrados. Magnífico paisaje el de la lluvia que quedó así inmortalizado desde la puerta de la Domus Áurea.

Entre tanto, en el Refectorio tratábamos en vano de arreglar el mundo, pero al ver que la deriva conversacional no nos llevaba a ninguna parte, decidimos cambiar de tema y abrir otra botella.
Y así se pasó un Viernes Sí más.
Después ya saben lo que pasó...

"Allons enfants de la Patrie, le jour de gloire est arrivé"

Estáis todos bendecidos, caros amigos.