lunes, 27 de febrero de 2012

Márcharas 2004

Ese día, el 16 de enero de 2004, era viernes, mejor dicho, era Viernes Sí y noche de Márcharas, y en las bodegas surgió un espontáneo deseo de fiesta. Antes de cenar nos dispersamos, sé que estuvimos pimplando por varias cuevas, pero de lo que no cabe duda es de que estuvimos en la bodega de Mauri.
Salud. 

martes, 21 de febrero de 2012

Patatas a la importancia

Queridos amigos que nos seguís desde todos los rincones del mundo, lo que ocurrió el pasado viernes fue algo más que una cena, fue la representación de un motín, de una algarada subversiva, de una rebelión mascada desde el subsuelo por un puñado de aguerridas patatas. Sí, amigos, sí, estos humildes tubérculos que en nuestras bacanales suelen ocupar puestos gregarios, generalmente de guarnición en los arrabales de las bandejas, tuvieron durante la pasada cena su momento de gloria, tomando al asalto la Bastilla gastronómica de nuestra mesa y reivindicando su protagonismo sur la table ¡Vive les pommes de terre! Pero tranquilos, como dice el Señor Lobo (Harvey Keitel) en Pulp Fiction, "no empecemos a chuparnos las pollas"; la Marsellesa es al final. Primero, como siempre, el tiempo:
  • Nubosidad variable durante la mañana para pasar por la tarde a nubosidad de evolución diurna. Subieron las temperaturas con respecto a los días anteriores y hubo una tímida presencia de lluvia, apenas perceptible. 

Le tocaba la cena al Cofrade Pedro y como suele ser tradición, así lo permiten nuestros estatutos, la Cuadrilla se desplazó a su bodega.
Bueno, por una cosa o por otra, lo cierto es que estamos en carnavales y nuestas pommes de terre se quisieron disfrazar de merluza a la romana, anda que no son coquetas ni nada, con su huevito duro y su perejil.
El pasado sábado, una noche después del día de la cena, tuve la fortuna de compartir un rato con la CÁTEDRA (el núcleo duro, los Catedráticos Reinares y García) y al citar las Patatas a la Importancia, me dieron un dato erudito (y sé que viniendo de ellos esto es una redundancia), y es que las patatas a la importancia ocupaban un lugar especial dentro del menú del riojano medio, el de a pie, era un plato con cierta distinción, muy propio de los domingos y demás días festivos. ¿Lo ven? Hablan y, aunque estén de pie, sientan CÁTEDRA.


Cuando el Cofrade Pedro organiza la cena, no suelen faltar los productos de la huerta, esta vez nos trajo una buena tartera de pimientos de la Solana que, como no podía ser de otra manera, estaban acojonantemente buenos. Hay que reconocer que no se bendijo la mesa, ni siquiera nos autoamonestamos como suele ser habitual en nosotros. Quizá fue por estar en días de Don Carnal, no lo sé, pero queden el látigo y el cilicio para otra ocasión
Qué cosas, ¿verdad? Las ensaladas casi nunca tienen espacio en el blog, y eso que éstas no las preparó el Cofrade Ecónomo, verdadero especialista en esta materia.
La redoma de vidrio, el porrón, por cierto, nos hace falta uno para el Refectorio, a ver si ponemos remedio a la situación. Aprovechamos para hacernos un autorretrato y estamparnos en el vino. 
A nuestros amigos los belgas les llamó mucho la atención esta vasija, tan rara para ellos y tan familiar para nosotros.

Esto es lo que dice el británico Georges Orwell en su Homenaje a Cataluña del porrón. Orwell vino como voluntario para luchar por la República y en seguida se vio envuelto en la guerra civil del bando republicano, pero eso es otra historia y para otro blog, lo cierto es que en este pasaje de su autobiográfica novela cuenta cómo toman el rancho en los cuarteles. Observen la descripción que hace del porrón, "cosa espantosa":
Comíamos en largas mesas montadas sobre caballetes en escudillas de hojalata siempre grasientas, y bebíamos de una cosa espantosa llamada porrón. El porrón es una especie de botella de vidrio con un pico fino del cual sale un delgado chorro de vino al inclinarla. De este modo resulta posible beber desde lejos, sin tocarlo con los labios, y pasarlo de mano en mano. Me declaré en huelga y exigí un vaso en cuanto vi cómo se usaba el porrón. Para mi gusto, se parecen demasiado a los orinales de cama de vidrio, sobre todo cuando estaban llenos de vino blanco.
Curiosa visión, ¿verdad? Leyendo su descripción da la impresión de que hay que ser de la CÁTEDRA para beber en porrón, ah, y cómo se le va la pinza cuando piensa en el vino blanco. ¿Cómo serían los orinales en el antiguo imperio colonial? Donatien, nuestro divino marqués, no le haría tantos ascos; mais, quel homme!
Hay que decir, en honor a Orwell, que más de uno de los Cofrades de la Cuadrilla prefiere siempre el vaso antes que el porrón.

Bueno, es cierto que no hemos dado todavía con la fórmula mágica del chocolate de la CÁTEDRA, pero lo estamos intentando. Eso sí, estaba delicioso, ahí lo tienen, al heredero legítimo del panem foliatilem romano. Delicioso milhojas.
Entre tanto, los relojes de arena delataban el paso del tiempo. Porrón y cuenta nueva.
Bretoncito, que ya están con nosotros y añadió mordiente a la conversación.

Entre reloj de arena y reloj de arena, la tertulia se dilató amigablemente junto a la chimenea.
El vino chispeó en los vasos y nuestros rostros recuperaron la alegría, el tónico de las noches jubilares, cuando las voces se vuelven cálidas y acarician el aire con ese tempero ideal para el cultivo de la amistad. Y esto, amigos, no tiene precio, es un patrimonio muy valioso, que no cotiza en bolsa ni está sujeto a especulaciones.

Acababa así la última cena de febrero, seguirán más cenas y más encuentros, y siempre perseverará la misma conversación, para qué vamos a cambiar si nos gusta así. Y si en nuestro Refectorio hay primavera hasta en los más gélidos días del invierno, durante la cuaresma que se avecina siempre habrá hueco para un carnaval. En el vicio está la virtud.

Bueno, claro, hay que decir que bajamos al Azalea y que tomamos una cafecito una copita y que dilatamos, como suele ser habitual, la tertulia. Luego... bueno, es difícil de explicar lo que pasó después, digamos que se hizo tarde para los de siempre, que no tienen remedio ni lo desean. Divina imperfección.
Fotos tomadas con cámara oculta. Ahí tienen a dos viejos conocidos de la Cuadrilla, Eduado y Pedro, departiendo amigablemente, y junto al Cofrade Juanan, el mismísimo Jósean, al que pronto la Cuadrilla le tenderá una invitación especial.
Ramón no descubrió la cámara oculta. Sólo Juanan parece tener claro dónde estaba el pajarito.
¡Malditos heterodoxos! ¡Arderéis en el infierno!
Allons enfants de la patrie, le jour de gloire est arrivé...
Estáis todos bendecidos, caros amigos.
Vale.

sábado, 18 de febrero de 2012

Robin Food saluda a la Cuadrilla

David de Jorge en una foto tomada poco después de que su magnífico libro Con la cocina no se juega, ganara el premio al mejor libro de ensayo y literatura relacionado con la cocina. No hay que olvidar que se trata de un premio internacional de gran prestigio que otorga la Gourmand Worlds Coobook Awards. Enhorabuena, pedazo de crack.
Nosotros lo invitamos a pasarse por nuestro Refectorio un Viernes Sí, y ésta fue su inmediata y amable respuesta.
Qué pasa, panda de cracks!
Gracias por la invitación, ya veo que lo pasáis de pelotas, pero no podré acompañaros, entre otras cosas porque estoy a dieta y prefiero estar alejado de los pimienticos rellenos y el rabo de toro Chenel.
Un beso muy fuerte y Viva Rusia!
vuestro,
dvd

jueves, 16 de febrero de 2012

La Cuadrilla y la Cena de la Quintada.

Los quintos de la Cuadrilla hemos pensado muchas cosas con respecto a la cena de la quintada. Evidentemente los vientos que soplan no deben condicionarnos, lo hemos dicho muchas veces, pero quizá éste no es el mejor momento para meternos en un bus y machar a Donosti a pasar el día, y con esto no estamos censurando a la organización, al revés, siempre agradecidos por el esfuerzo, la dedicación y el tiempo perdido, que es más del que pueda parecer.

Pero ocurre que en nuestra quintada, como en todas, hay peña que está en el paro y, aunque algunos se lo pueda permitir, otros seguro que no. Quizá sea mejor hacer una cenita en Villamediana, en cualquiera de los restaurantes de nuestras bodegas. Así, además, daremos algo de curro a la gente del pueblo (nos da igual Juanma, Santi que Julio, el que nos toque por turno). Nos da la impresión de que en el gremio de la restauración, como en casi todos, la cosa está más bien jodida, por no decir rejodida.
Que conste que ésta es sólo la opinión de la Cuadrilla, libremente vertida tras la reunión sarmentera del pasado sábado.
Un besito para Nuria que es la que se lo curra y de paso para todas nuestras quintas.

martes, 14 de febrero de 2012

San Valentín.

Hoy es 14 de Febrero, San Valentín, día de los enamorados, por eso, desde el Blog de la Cuadrilla de los Viernes, queremos mandar un especial saludo a El Corte Inglés, a Galerías Preciados y, en general, a todas las grandes superficies que han sabido domesticar el gusto y los hábitos del consumidor. En fin, ya saben, ellos dicen mierda, y nosotros amén.
Sí, señores, muy listos. Enhorabuena, de verdad.
Y para un día tan señalado nada mejor que un buen vídeo, además con una de las canciones de amor más cáustico que jamás se ha compuesto en itañol, magnífico idioma patentado por el no menos magnífico, Tonino Carotone. Esperamos que les guste.


Estáis todos bendecidos, caros amigos.
La Cuadrilla

lunes, 13 de febrero de 2012

Sarmientos

Apelando a la épica, sometidos al azote de un viento gélido y hostil, la Cuadrilla de los Viernes llevó a cabo la operación de recogida de sarmientos más dura y arriesgada de su historia, si bien, es posible que esté exagerando. Lo cierto es que ni las temperaturas bajo cero ni las espadas siberianas que asaeteaban nuestros rostros pudieron frenar el ímpetu de la Cuadrilla, que al llegar a la hora del ángelus ya había cumplido exitosamente su misión, llenando hasta las cartolas la mítica AgroPérez.

Pero, primero, como siempre, el tiempo:

  • Bueno, quizá esta foto sea reveladora del tiempo. Mañana luminosa, pero no totalmente despejada, pues hubo nubes de evolución diurna. El viento, filtrado por las nieves de las montañas, llegaba al valle envenenado por el frío. Pero nosotros, que nos hemos educado leyendo los tebeos de Hazañas Bélicas, ya habíamos estado de pequeñitos en las Ardenas y en Stalingrado, así que... nada, fue como un vermú, eso sí, sin aceituna, sin limón, en vaso de plástico y con mucho hielo.

La cita se produjo en casa de Javi a las nueve y media. Como suele ser habitual, todo un clásico, hubo quien llegó tarde y hasta perdió las llaves. Pero, vamos, nada raro.

De nuevo la Mítica, pilotada por el Cofrade Fausti, acudió en auxilio de la Cuadrilla. Hay que decir que la salida fue caótica, nos adentramos en los viñedos movidos por la intuición y la improvisación, escogiendo los caminos al arbitrio de la AgroPérez. Por fin, en Zorraquín, dimos con un montoncito, aunque no muy abundante.

También por Moncalvillo había algo de nieve.
He aquí el lugar donde la Cuadrilla cosechó sus dieciséis primeras gavillitas. La mañana era prometedora y nosotros también nos las prometíamos muy felices. Aún quedaba mucho por sufrir.

Para cumplir las previsiones todavía teníamos que rapiñar por lo menos treinta gavillas más. Desde una atalaya tratamos de vislumbrar más montones, hubo que utilizar para ello el objetivo de 200mm a modo de catalejos y, efectivamente, dio resultado, aunque luego, con arreglo a nuestra desnortada lógica, acabamos en otro sitio. Justo encima de la fuente de Onvecinos.
Javi, se erigió como el Maestro Atador de Gavillas, otro título más, y van cuatro.
La climatología fue cada vez más adversa. Además, este nuevo montón estaba más enredado que el anterior, y medio caído por una ladera. Pero nada interfiere cuando la Cuadrilla se lanza hacia un objetivo.
Poco a poco, la AgroPérez se fue llenando de sarmientos. Todo iba viento en popa, aunque esta expresión no es quizá la más apropiada para el día de autos, dado que el viento helaba las ideas, ventilaba los soplillos, ponía en hibernación las neuronas vivas y crionizaba las restantes.
Observen cómo poco a poco, las nubes empiezan a extenderse sobre nuestras cabezas. El sol desapareció, y la sensación térmica descendió hasta umbrales próximos a la glaciación. No obstante, la moral de la tropa se mantuvo intacta, al igual que su espíritu de lucha.

 No lo olviden, AgroPérez, la Mítica
El Cofrade Pedro se encargó de ordenar la carga para que cupiera (toma conjugación verbal) el mayor número de gavillas.
Vean al Cofrade Chuma, que esa mañana dejó de ser catecúmeno para ganarse por méritos propios el Toisón de Cofrade, enhorabuena, Jesús Mari.
Fausti, que además de pilotar la AgroPérez participó activamente en la recogida de sarmientos, ni siquiera en esas circunstancias renunciamos a la amigable charla.
 El rostro de Juanan habla con suficiente elocuencia de la adversidad a la que la Cuadrilla se tuvo que enfrentar. En ese momento el trasnochador Cofrade estaba a años luz de cantar la Marsellesa. Habrá que esperar al próximo viernes.
Imágenes que retratan mejor que nada la crudeza con la que la Cuadrilla tuvo que bregar.


Acabado el trabajo, como ya es tradición, nos hicimos una foto. Aunque hubo algún problemilla que otro con el retardador.
 Una vez en la Domus Áurea, había que descargar las gavillas, que fueron ubicadas en nuestra particular leñera.
Qué satisfacción produce ver otra vez la despensa llena. Observen cómo el sarmiento viejo que todavía nos restaba del año anterior es apartado para el consumo más inmediato, la diferencia con el nuevo es apreciable a simple vista. La CÁTEDRA, que últimamente viene utilizando un método de recogida de sarmientos más sofisticado que el nuestro, como no podía ser de otra manera, nos aconsejó que recogiéramos sarmientos de mazuela, puesto que aportan a la carne asada unas propiedades tan especiales como únicas. En fin, qué podemos decir nosotros, si cada vez que abren la boca nos dan una Conferencia. Nunca, pero que, nunca, nunca, nunca, llegaremos a su altura.

Qué maravilla, los pámpanos de Baco y su dulce crepitar en la chimenea. Después de la hazaña matutina, había que darse un homenaje. Ustedes ya adivinarán de qué tipo, ¿verdad? Sí, los cuatro ases de la "dieta mediterránea", a saber: panceta, costilla, chorizo y careta.
La pancetita en su punto.
Observen este delicioso plano de la careta sobre la no menos mítica bandeja de los cosques. El aspecto de las viandas es inmejorable, lástima que ustedes no puedan percibir el aroma de estos manjares, una bomba con detonador de sonrisas; y en el Refectorio estalló la fiesta.
Pedro, el padre de Paco Levita, nos acompañó en el almuerzo. En su agradable compañía, la mesa se llenó de una superlativa cordura. Vaya desde aquí un abrazo para él.

También, como ya habrán apreciado en la foto anterior, vino Sergio. Quizá algo dolido por haber perdido el partido de fútbol que había disputado ese mismo día. Tranquilo, Sergio, ya sabes que en el deporte lo importante es almorzar, y tú lo hiciste. Por lo demás, ya sabemos que no tienes un gran equipo y que tú sólo no puedes hacer más de lo que ya haces. Un saludo, campeón.
Sí, en el Refectorio de la Domus Áurea se puede fumar.
Y beber, claro.
y charlar
y no parar de charlar, porque no hay mejor red social que la red de bodegas y todo su entramado de cuevas y recuevas. Ni facebook, ni twiter, "ni dios que lo ha fundao". 
Después de almuerzo, bajamos al Azalea a tomar un café y a prolongar un poquito la charla. Ahí tienen al Ramonet en acción, que también, cuando su trabajo se lo permitía, se sumó a la tertulia. Y es que el Azalea es como la extensión de la salita de nuestras casas. 

Acaba aquí la crónica de una mañana sarmentera, donde, como es habitual en nosotros, así lo ordenan nuestros estatutos, hicimos las cosas sin prisas y con pausas, o sea, cuadrilleramente (adverbio de nueva creación patentado por la Cuadrilla de los Viernes).

Un saludo, caros amigos.
Estáis todos bendecidos.